50 años del Colegio ayer y hoy

50 años del Colegio ayer y hoy

Primeras palabras

Imagino al lector de estas páginas como un(a) estudiante recién desembarcada en un Plantel del Colegio de Ciencias y Humanidades con más de 100 puntos obtenidos en el examen general de COMIPENS del mes de agosto. Pero mi interlocutor puede ser, sin reproche, también alguien que está a punto de acreditar las últimas materias y terminar su bachillerato.

El empeño de este texto es compartir lo que durante tantos años ha sido el propósito de nuestra vida, para que aquellos a los que la edad designa como continuadores del mejor, sin exagerar, proyecto educativo de la segunda mitad del siglo XX y de estos dos decenios que se están completando, se adueñen de una concepción clara del privilegio de ser alumnos del Colegio.

A pesar de la pandemia y su dispersa y desesperanzada oscuridad, su poder no llega a impedir que el Colegio de Ciencias y Humanidades cumpla en enero de 2021 medio siglo de fungir como espacio universitario donde se ofrece a los alumnos de Bachillerato la posibilidad de aprender y de formarse para seguir aprendiendo durante toda su vida.

Así, para servirles de punto de apoyo para comprender en que privilegiada región del mapa académico de la Educación Media Superior han estado o están, ha venido a mi añosa imaginación de profesor reflexionar con ustedes, no con la multitud, que desbordaría el estadio de Ciudad Universitaria, si la docencia fuera en estos tiempos presencial, sino con todos, pero uno por uno. Así escribo para ti especialmente, y no en loa enormes grupos e interminables Planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades.

El Modelo Educativo del Colegio

El tema que trataré de explicar para que todos ustedes, alumnas y alumnos, y todos nosotros, profesores y la principal de mis convicciones educativas, es el Modelo Educativo del Colegio de Ciencias y Humanidades. No trataré de su historia detallada, andan rodando por ahí en revistas impresas o sitios Web, uno de ellos memoria.cch.unam.mx, varias de las reflexiones que pueden servirte, para comprender dónde estás, qué puedes aprender y cómo puedes contribuir al desarrollo del Colegio, Plantel uno de los cinco al que pertenezcas, alumna o alumno.

Comencemos por el principio, es decir, por el tema central del Colegio, que la Universidad fundó para que fuera un motor de innovación permanente y permitiera a la UNAM sí, por cierto, ser una verdadera universidad. Cuando les pregunten por qué se enorgullecen de ser cecehacheros digan simplemente, porque tratamos de inventar mejores formas de aprender que sirvan a toda la Universidad ofreciéndole invenciones educativas y sorprendentemente servir a que la UNAM sea plenamente universidad. No duden, está escrito en los documentos de fundación del Colegio, que tuvo presentes el Consejo Universitario el 26 de enero de 1971. Todavía no habían nacido sus papás.

Para cumplir esta encomienda que nos hizo la Universidad al fundarnos, eligió una orientación que nos distinguía de los Bachilleratos de aquellos años y que sigue siendo única y novedosa por su Modelo Educativo original y universitario.

Seguramente han leído algunos párrafos que tratan del “Modelo Educativo del Colegio”. Pero apuesto a que oyeron o leyeron el sintagma “modelo educativo” en medio de una multitud de frases que no oscurecían, pero tampoco describían su importancia central para comprender los ambiciosos rumbos académicos propios del Colegio. Los invito a seguir leyendo para construir entre ustedes sobre todo y el profesor que esto escribe, una comprensión clara de los propósitos educativos del Modelo que sirve de marco a sus aprendizajes de los tres años del ciclo que están cursando.

A los 14 o 15 años, que tienen hoy o acaban de tener hace un año o dos, hay numerosas posibilidades de aprender. Cada escuela elige las materias que considera necesarias para lograr que sus alumnos se apropien unas cualidades antes que otras. Eligen así entre opciones educativas diferentes que terminan en un tipo de egresado dotado de conocimientos, capaz de procedimientos y dotado de valores determinados. Para ello propone unas materias más que otras y diversos números de horas de trabajo conjunto de estudiantes y profesores, las clases. Así, por ejemplo, La Escuela Nacional Preparatoria se propone, y lo hace bien, formar seres humanos cultos que puedan ingresar a la vida social provistos de conocimientos que les permitan ser aceptados y responsables. Otros Bachilleratos aspiran a formar emprendedores que se conviertan en empresarios exitosos o más bien médicos o ingenieros para servir al bienestar de nuestra nación. Todo está bien, si está bien hecho.

Y nosotros, ¿qué? El Consejo Universitario nos encomendó desde 1971 el desarrollo de un Bachillerato innovador que formara alumnos en cultura básica. Vamos por partes para ampliar y precisar esta orientación central de nuestro Colegio.

“Básica” no significa elemental o académicamente pobretona. Para nada. “Básica” significa que no tenemos un plan de estudios que se propone ilusoriamente que enseñemos a los alumnos todo de todas las materias de la tradición escolar y de la actualidad. Por supuesto Matemáticas, Ciencias y Literatura, pero además Economía Mexicana, Introducción a la Geofísica, Introducción al Derecho Mexicano, Civismo, Dibujo y Perspectiva, intentando cubrir todos los saberes generalizados, hasta acumular tantas materias como puedan caber al menos en 40 horas semanales de enseñanza, a las que los alumnos agregan las dedicadas al estudio individual. Resultan así planes de estudio acumulativos con programas recargados que el profesor no termina y que los estudiantes no aprenden. Esta concepción, que se ilusiona en enseñar todo, pero termina por enseñar poco, se adjetiva como “enciclopedista” y el Modelo Educativo del Colegio se separa de ella radicalmente.

Nosotros nos concentramos en las materias importantes de ciencias y humanidades, y en ellas nos proponemos que ustedes aprendan lo importante. No todas las ciencias, sino Física, Química y Biología, y de ellas los grandes temas fundamentales que tienen la probabilidad más alta de seguir vigentes en la vida adulta de ustedes estudiantes hoy en los Planteles; Historia, sobre todo la de México y los momentos de mayores transformaciones políticas y culturales de nuestro país y del mundo, para aprender a ir resolviendo las contraposiciones sociales por medio de la justicia y la equidad, y continuar un proceso nuestro de avances artísticos, económicos y sociales; Matemáticas para medir y calcular los procesos naturales y técnicos; Talleres de Lenguaje donde se aprende a leer novelas y poemas, ensayos científicos y políticos, y mucho más, por ejemplo también cómics o los grandes escritores del pasado, para alcanzar la capacidad de escribir los textos necesarios para estudiar y ser participantes activos en Internet y no solo leer fragmentos dispersos y pasar en limpio las enseñanzas que dictan los profesores.

El Modelo Educativo del Colegio que nos invita a pasar por la criba de nuestra mirada crítica este universo, lo agrupa en cuatro Áreas y de ellas se seleccionan únicamente los temas importantes. Así nos proponemos que aprendas Matemáticas, Física, Química y Biología, Historia, y Lectura y Redacción. Mención explícita merecen una Lengua Extranjera y Filosofía, como campo de saber donde se aprende no la historia de los filósofos y la descripción convencional de sus doctrinas, sino a pensar como uno de ellos y convertirse en jóvenes adultos que filosofan.

Finalmente, de estas materias, concentradas en los temas que te servirán para seguir ampliando y profundizando en los grandes problemas de la cultura, podrás obtener las habilidades académicas que conforman la capacidad de aprender a aprender por tu cuenta y te conviertas en un joven culturalmente adulto y autónomo.

Es este el propósito formativo central del Colegio de Ciencias y Humanidades, el único Bachillerato en México que de manera tan decidida y explícita se aleja de la multitud acumulada de meros datos y conocimientos e invita a aprender sin término con una mirada capaz de seleccionar críticamente, es decir, aplicando un criterio de verdad, los conocimientos y comportamientos académicos que por su solidez merezcan ocupar un lugar en la cultura validada de nuestros tiempos.

La pedagogía del Colegio

En febrero de 1971, recién creado el Colegio, la Universidad organizó cursos para preparar profesores que pudiéramos poner en práctica el Modelo Educativo del Colegio. Aprendimos que en un grupo escolar de cualquier materia lo más importante era que nuestros futuros estudiantes se interesaran en las materias y que correspondía a los profesores orientarlos para aprender y no desarrollar largas conferencias ante alumnos silenciosos y en peligro de sueño. Aprendimos cuán importante es esforzarse para que ustedes se interesen en las materias y puedan ir aprendiendo cada vez con mayor independencia del profesor mismo.

Al principio todos éramos novatos, pero comprometidos a ir capacitando a los estudiantes a examinar problemas, buscar respuestas, armar soluciones. De los grupos iniciales, y a lo largo de estos numeroso años del Colegio, entre alumnos y profesores hemos idos creando el Colegio, es decir, una experiencia de trabajar como escuela, lugar donde quienes desean conocer el mundo de la naturaleza y del hombre, van añadiendo cada día, en solitario o presencialmente, aprendizajes que la víspera no poseían. Sus predecesores como estudiantes y ustedes en esta época de trabajo presencial y a distancia nos han ido formando como profesores y lo hacen en cada encuentro de aprendizaje del que formamos parte. Ser profesor se alcanza, porque los alumnos tienen preguntas y nosotros ayudamos a encontrar las respuestas.

Al ser este propósito de aprender a aprender central en el Modelo Educativo del Colegio, como eres tu quien aprende, este compromiso te convierte en el protagonista de las horas de aprendizaje presencial, trabajando en equipo, discutiendo, exponiendo, y en las de trabajo en casa. Las dos modalidades contribuyen a que te conviertas en una persona autónoma, independiente en el aprendizaje. Los profesores del Colegio tratamos de apoyarte para que al final del Bachillerato ya no nos necesites y que luego hagas lo mismo en tu carrera o en tu oficio con quienes serán responsable de las siguientes etapas de tu camino en la cultura.

Este modelo educativo de cultura básica te pide nuevas formas de participar en tu grupo. En las sesiones presenciales seguramente trabajarás más de una vez en equipo. Cinco, siete compañeras y compañeros discutirán un problema de cualquier materia que el profesor les proponga resolver. No puedes ser un adormilado que no propone sus ideas, o no ha dedicado tiempo a obtenerlas de lecturas en libros o en la Red, y espera que las alumnas hagan el trabajo. Hay que hablar reflexivamente, examinar los argumentos de los participantes en el equipo y del profesor mismos, proponer formas de avanzar. Todos tenemos alguna idea propia y hay que compartirla y aceptar críticas sin miedo.

El trabajo individual que haces ante tu pantalla, encamina a la autonomía, a volverte capaz de examinar un problema, conectarlo con ideas semejantes, delimitar lo que no sabes todavía y tienes que aprender. Luego viene la investigación, buscar información en Internet o en la Biblioteca del Plantel y apreciar si se trata de conocimientos sólidos o hay más palabrería que saber verdadero con buenos fundamentos.

Por otra parte, como eres el actor principal del trabajo de aprendizaje en grupo o solitario, es inevitable que tu actitud y tu esfuerzo se orienten a producir cultura. No estoy pensando en que harás avanzar la Física en estos años o que podrás escribir una novela, aunque no excluyo que algunos de ustedes seguramente podrían hacerlo. Lo que todos podemos en este ciclo de educación es leer los textos indispensables de las materias en papel o en la Red, resumir, ordenar, seleccionar lo más importante y dejar para otra ocasión los malabarismos, escribir ensayos de pocas páginas que resuman las ideas y expliquen por qué son válidas y valiosas. Pero también hay que leer literatura, las grandes novelas, poemas, cuentos, obras de teatro y aprender en ellas la diversidad de los comportamientos humanos en situaciones en las que probablemente nunca te encontrarás, pero que muestran la riqueza de ser humanamente, de comportarse como seres humanos, mujeres y varones por igual.

Igualmente en Matemáticas. Los profesores te plantearán problemas que, puesto que eres el protagonista, deberás resolver y podrás hacerlo, si asistes a todas las horas presenciales y a todas las sesiones a distancia, si preguntas lo que no entiendes, relacionas la nueva exposición del profesor con lo que estudiaste el mes pasado. O en Historia, de cuyo conocimiento podrás derivar cómo comprender nuestra época, si investigas en textos leídos con atención y examinando las explicaciones, muchas veces divergentes, que los autores proponen para interpretar acontecimientos que han tenido una influencia enorme en la vida de nuestra nación. No podemos quedar satisfechos con únicamente saber lo que tuvo lugar hace 200 años, sino debemos sobre todo comprender cómo surgieron y sacar consecuencias para guiar nuestro comportamiento en nuevas condiciones de las que depende el futuro, pero sobre todo la actualidad, de nuestro país.

Conclusión (provisional)

Hay una frase que repetiré de memoria, pero no la desfiguro, y se encuentra en uno de los documentos de la fundación del Colegio y que te puede dar una idea de lo ambicioso que es el proyecto académico del Colegio de Ciencias y Humanidades y te invita a tomar parte en su Modelo Educativo:

Al trabajar para resolver los problemas, los alumnos trabajarán como lo hacen en sus campos de conocimiento propios los especialistas en ciencias y humanidades.

Ni más ni menos, los grupos escolares del Colegio son grupos de iniciación a la investigación. No pretendemos que los alumnos inventen, aunque puede suceder, ha sucedido y sucederá con millares de nuestros estudiantes en el Colegio mismo o en sus carreras universitarias, al egresar del Bachillerato.

Como ves, estar de verdad en el Colegio nos hace tomar parte en un proyecto de una ambición educativa excepcional que además no se encuentra en ningún otro Bachillerato de nuestro país. De ahí la responsabilidad de lograr una práctica auténtica de nuestro Modelo Educativo. Estudiantes y Profesores somos responsables conjuntamente de renovar la educación media superior para que la UNAM sea plenamente universidad.

Bienvenidos a este barco que las olas desatadas nunca han podido hacer naufragar.

Dr. José de Jesús Bazán Levy

Colegio de Ciencias y Humanidades.

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