ELLAS NO SE LO BUSCARON Una aproximación posible de la construcción social de la violencia de género abordada desde el cine
Resumen
Ivana Rosales convivió ocho años con Mario Garoglio en Plottier, un pueblo cerca de la ciudad de Neuquén, Argentina. Tuvieron dos hijas y un hijo. En 2002, luego de varias situaciones de violencia intrafamiliar y denuncias previas, ella le planteó a Garoglio que quería separarse. Esta conversación sucedió en un café, pero luego continuó en el interior del auto que manejaba él y en el que regresaban hacia su hogar. Cuando el coche tomó una ruta inusual e Ivana dio cuenta, entendió que su vida peligraba, entonces intentó tirarse del auto y allí fue que Garoglio intentó matarla dos veces, asfixiándola con un alambre primero y golpeándole la cabeza con una piedra después. La encerró en el baúl creyéndola muerta. Alguien que pasaba cerca del lugar observó que algo raro sucedía, y aunque no se detuvo, dio aviso a la policía. Para cuando el auto llegaba a la casa de ambos y Mario entra a buscar una pala para enterrar a Ivana a quién creía muerta, llega un patrullero y él tuvo que entregarse. Confesó: “soy Garoglio, golpeé a mi mujer y creo que se me fue la mano”.
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