Mujeres tan virtuosas que protegen y dan vida.
Mujeres tan virtuosas que hacen la vida sencilla.
Mujeres que hacen la vida maravillosa.
Por unas, alzo la voz. Por otras, lanzo una rosa.
Al cielo, porque debo de agradecer.
Por la que me dio vida y la que me vio crecer.
Pero en estas épocas, no sé lo que pasa.
Los hombres deberían ser protección, no una amenaza.
Las mujeres son únicas, no hay punto de comparación.
Son fuertes, valientes, de gran admiración.
Tienen sueños, aspiraciones y mucho que vivir.
Y aún no entiendo el por qué hay gente, que las quiere ver morir.
Son perseguidas y maltratadas, mientras nadie hace nada.
Las miran como presas, solo para darles caza.
Unas son asesinadas y otras más violadas.
Otras tienen miedo porque el asesino vive en su propia casa.
Son cosas que se transmiten por los medios.
Esto no es una broma, es un problema serio.
Son torturadas en todas partes, están bajo asedios.
Poder salir, debería ser un derecho, no su mayor miedo.
Son rosas de papel que me sacan una sonrisa.
Son rosas de papel que vuelan con la brisa.
Rosas de papel que malgastan y pisan.
Rosas y sueños quemados, hechos cenizas.
Hay niñas con sueños, aún por cumplir.
Con esperanzas que tienen de vivir.
Muchas sufren por falta de su madre.
Y otras más violadas hasta por su propio padre.
Escrito por: David Herrera Torres (Deimon). Estudiante de sexto semetre del Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Sur.
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