Nadie se imaginaba que ocurriría una masacre, nadie se imaginaba que ese día dejaría huella. Sin duda no es algo que se olvide ni que se deba dejar atrás porque podría volver a ocurrir. México sigue siendo un país intimidado, sin embargo, el movimiento estudiantil de 1968 fue el parteaguas para que en la actualidad los ciudadanos nos podamos manifestar con libre expresión, aún hay mucho que debemos defender. Los derechos por los que los estudiantes del 68 lucharon eran bastante claros y no había necesidad de terminar en tragedia, puedo observar a mi alrededor y agradecer a cada una de las vidas, aunque no los conocí, porque de no haber sido por ellos, la universidad a la pertenezco no sería igual a la que conozco. Esa lucha no termina en el 68, las nuevas generaciones tenemos la obligación de defender nuestras instituciones, demostrándolo con nuestro compromiso académico.

La tragedia de la noche de Tlatelolco me da frustración y angustia ante no saber lo que sucedió exactamente, lo cual ha llevado a los relatores de esa noche a contar los sucesos con diversas hipótesis.

Los estudiantes jamás olvidaremos el 2 de octubre de 1968 siempre estará en los corazones de cada uno de nosotros porque nos ha marcado. Porque no se olvida.

Como estudiante me es difícil asimilar y pensar, cómo personas pueden cometer tal acto de crueldad. ¿Por qué la gente lastima si todos somos humanos? ¿Por qué si queremos lo mismo? El movimiento estudiantil del 68 en México nos ha guiado en los por qué de la libertad de ser y de pensar.

Es tan desgarrador conocer los acontecimientos del periodo de gobierno de Díaz Ordaz, que espero y nunca se repitan actos así.

Ignacia Rodríguez dijo alguna vez: “nunca los vamos a perdonar”, no la culpo, yo también soy de la idea de que el gobierno siempre esconde algo y públicamente pueden decir que somos un país con libre expresión pero sinceramente no es así. ¿Cuántas veces no han matado no sólo estudiantes sino a periodistas?

Los sesentas marcaron un antes y un después principalmente en los jóvenes con todos los cambios que tuvieron a su alrededor, la música, la vestimenta, entre otros. Algo importante fue el impacto que tuvo la guerra de Vietnam.

Los estudiantes solo querían defender sus derechos, la libertad de expresión y tener reconocimiento ante la nación. Considero que debemos hacer un cambio, luchar contra todo lo que envenena nuestra nación, como lo son la ignorancia, la corrupción y la injusticia.

Me parece increíble cómo es que los seres humanos puedan cometer este tipo de acciones, nada las justifica. Mi corazón se acelera y yo creo que de eso se trata reflexionar, entender y conocer lo que ha pasado en la historia de nuestro país porque es parte de nuestra cultura

A 50 años de la masacre, es importante no olvidemos lo sucedido y empecemos a eliminar la costumbre de ser fríos ante lo que pasa a nuestro alrededor. Si hoy en México tenemos mayor libertad y democracia se debe, entre otras, a ese gran movimento que fue el de estudiantes en 1968.

Antes de esa fecha era imposible hacer una protesta pública, ahora, a 50 años, las personas con quejas y protestas pueden demandar resolución a conflictos con el gobierno. Conmemoramos un año más de esa matanza, por eso, cuando salgamos a las calles conmemoremos, recordemos y alcemos la voz por cada hombre, anciano, mujer y niño que ha sido asesinado no solo por Díaz Ordaz, sino por todos los que le siguieron. Por cada cifra sin nombre pronunciada como daño colateral sin ningún respeto, por las mujeres violadas de Atenco, por los indígenas asesinados en Acteal, por las comunidades autónomas, por los 43 de Ayotzinapa, por las estudiantes que no llegaron a sus casas y por lo tanto que pasa.

No olvidemos, pero tampoco repitamos, hay que cerrar el ciclo, darle la vuelta a la página de este libro de muertes nacionales.

Fue hace sólo unas cuantas semanas que se cumplieron cincuenta años de la matanza del sesenta y ocho. Desde niños sembramos ese coraje siendo parte de la UNAM o no sobre la historia que nos cuentan de como asesinaron a un montón de jóvenes estudiantes y la importancia de recordarlo para que no vuelvan a ocurrir hechos como esos, cosa de la cual se desprende el emblemático y más representativo lema “dos de octubre no se olvida”. Sin embargo, cuando uno como estudiante se pone a investigar al respecto, se da cuenta de lo vacío que puede resultar ser esa frase, ya que antes de adentrarme al tema no sabía que había un pliego petitorio en aquel movimiento o si quiera qué lo originó y ese es precisamente el problema, no se puede pretender mantener la memoria de una lucha tan extensa con algo tan efímero como eso pues seria el equivalente a decir que se exilió a Porfirio Díaz por ser malo; Se debe encargar entonces de enseñarle a las nuevas generaciones que los problemas habían empezado realmente desde que la policía irrumpió violentamente en una vocacional del IPN, que las represiones habían empezado desde que tomaron C.U, que Tlatelolco fue el clímax mas no el desenlace pues varios estudiantes siguieron presos y torturados por años, desmentir los mitos como que el objetivo del movimiento era volver socialista a México o sabotear las olimpiadas. Porque si sigue esta verborrea de boca en boca, de generación en generación, dando el mismo discurso de lastima, en unos cuantos años los jóvenes dirán: ¡Dos de Octubre no se olvida! ¿Pues que diablos era lo que se debía recordar?

¿Por qué ser estudiante es un peligro?, ¿por qué ser pensante afecta a mi país?, ¿qué pasó en Tlatelolco? Recordando lo que se dice en la película Rojo amanecer “en estos tiempos es más peligroso ser estudiante que delincuente”, nos relata lo mal que estaba la situación y sobre todo la confusión, se supone que los estudiantes son el futuro del país, son los que impulsarían a México adelante, pero no, todos ellos después de pasar un largo camino del aprendizaje, fueron tratados peor que criminales. Recordando lo sucedido en la situación, y en lo inesperado que fue lo ocurrido para quienes vivieron el momento, me da tristeza y dolor al pensar en la poca malicia que tuvieron los estudiantes cuando se disparó la primera bengala, mientras los militares se acercaban hacia ellos; el miedo, la angustia y la incertidumbre estando en sus cabezas, la cual no se imaginaba tanta desgracia por venir, mientras aún los líderes del movimiento trataban de atenuar la situación: “¡calma, compañeros, no corran, es una provocación!”. Es una provocación… hoy yo pensaría que iluso fue su pensar, pero quien se imaginaría el provenir sangriento de la situación, quien pensaría en el derramamiento de sangre… derramamiento de esperanzas, derramamiento de sueños… derramamiento de vidas.

Tú no puedes oír sus voces, se

Les fue arrebatada su libertad,

Ahogada en injurias con sangre y

Transformada en una imagen con miedo,

Ellos eran parte de nosotros, de

La construcción del porvenir, y ya

Obligados al caer en recuerdo,

Les levantaron sus corazones ya

Caídos, y con cautela y desgracia

Ocultaron su inmenso espíritu.

Tras una encuesta realizada en los planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades, donde las preguntas fueron dos: ¿Qué piensas del movimiento estudiantil de 1968 en México? y ¿Piensas que algo ha cambiado a partir de esa fecha en nuestro país?

La respuesta en general de los ceceacheros en dicho estudio es, que a pesar de haber sido el movimiento estudiantil de 1968 un gran ejemplo de defensa de los derechos de los estudiantes, principalmente de su libertad de expresión; en la actualidad a nivel país no se cuenta con esta libertad.